Camino de Santiago - Palas del Rei a Portomarín

La etapa está fraccionada por la sierra de Ligonde, que a su vez divide las cuencas de los ríos Miño y Ulloa y los Concellos de Portomarín y Monterroso. Aunque el comienzo es prometedor y obsequia con un apacible ascenso por el monte San Antonio, el resto se embriaga junto a carreteras modestas, provinciales e incluso nacionales. Sin embargo amenizan el viaje buenos ejemplos de iglesias románicas, incluida la posibilidad de desviarse hasta Vilar de Donas para visitar la de San Salvador, antiguos hospitales de peregrinos y el valioso crucero de Lameiros.

Después de pasar una noche en nuestro primer Albergue Municipal y experimentado lo que es, empezamos a caminar hacia el nuevo objetivo..

Sinceramente descansar fue poco porque no contábamos con los ronquidos de las personas que estaban a nuestro alrededor y más durmiendo 20 personas en un cuarto.

Muy temprano empezamos a caminar, poco se veía.

Había que dejar el Albergue temprano, no nos quedaba otra que caminar. Pronto amanecería así que no será mucha dificultad.

Pasando por O Rosario nos topamos con un cementerio. Más adelante, en paralelo con la nacional, nos topamos con unas hormigas muy grandes.

El camino nos obsequió con un bello amanecer para darnos un respiro ya que caminamos entre la niebla.

Así seguimos caminando, pasando por los pueblos solitarios típicos de Galicia; con sus tejados de piedra pizarra para soportar los fríos inviernos.

Así alcanzamos nuestros primeros 80 km desde nuestra partida.

Este día decidimos poner alto al camino para pasar la noche en un área de descanso en el pueblo llamado Gonzar.

Al día siguiente continuamos la aventura pero el sol nos dejó de lado ya que le ganó una espesa nieblina.

Bien temprano llegamos a un fin de etapa, Portomarín nos esperaba para tomar un baño caliente y reponer las fuerzas para la próxima hazaña. Portomarín es una ciudad que se encuentra al margen derecho del río Miño.